A veces es tan difícil empezar y resituarte en la vida...
Nos pensamos que la vida es estática y olvidamos que siempre estamos en cambio constante. Y los cambios nos asustan. A veces, sin darte cuenta te ves en un momento o ante una situación que no esperabas, y has llegado caminando por tu propio pie.
Estoy de nuevo ante esta situación, intentando encontrar mi huequecito en el mundo, en mi mundo.
Voy a compartir por aquí un trocito pequeñito de un libro que tengo a medias:
"El camino más corto desde mi-mismo hasta mi-mismo pasa por el otro.
Todo en la vida es encuentro. El encuentro es el que modifica imperceptiblemente la percepción que tenemos del mundo que nos rodea; él es quien nos revela a nosotros mismos, quien nos conduce por un camino que no conocíamos, o que no hubiéramos emprendido de buen grado, o al que realmente no hubiéramos prestado atención. Por la gracia de un encuentro, descubrimos que estamos en camino, dispuestos a marchar sin saber por qué ni hacia dónde. Nuestro espíritu camina también, descubrimos nuevas perspectivas al ritmo acompasado de nuestros pensamientos y nuestros pasos. Y poco a poco, haciendo camino, se nos abren nuevas perspectivas, horizontes insospechados, luces inesperadas. Nuestro paso ya no es el mismo, nuestro dinamismo ha cambiado.El encuentro ha hecho florecer en nosotros vergeles, ha suscitado un agua viva, fuentes escondidas y cantos de primavera. Llega la estación en la que somos portadores de frutos, donde nuestra vida encuentra, a la vez, su sabor, su luz y su sentido. Donde nuestro destino fluye de la fuente. Todo esto por la gracia frágil de un encuentro."
