21 mayo 2008

Hoy vengo dispuesta a hablar de esas personas persisten y existen más allá de las distancias, que no se dejan vencer ni convencer por la corriente, y que luchan por encontrar la luz en la mirada del que miran; por dar un suave aliento a los que tienen cerca. Esas personas que llamamos amigos, pero que vienen y nos salvan; y muchas veces somos incapaces de saber porqué lo han hecho, o cuál ha sido su motivo más poderoso. Porque se nos olvida dar y decir gracias. Porque nos acordamos de los fallos, o de las grandes hazañas, y dejamos que se escurran los pequeños gestos que son los que realmente perduran a través de los días.

"Ni siquiera te conozco
pero sé que puedo ser tu amigo,
porque has descolgado una estrella
del portazo que diste
por ir conmigo,
y aunque a veces aparento
estar muy lejos estoy aquí"

Gracias porque algún tiempo atrás, diste el portazo para venir a mi lado y recorrer este camino.

Un beso enorme,

Patri

18 mayo 2008

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá.

(Gabriel Celaya)