Hace tiempo que no me siento a escribir qué pasa por mi vida y cómo me siento, y aunque no tengo mucho tiempo para dedicarlo a sentarme(o lo poco que tengo prefiero dedicarlo a otras cosas).
El caso es que ahora que tengo un ratito me apetecía recomponer un poco los trocitos de vida que voy viviendo, y que si los juntas(como en un puzzle) conforman lo que soy, pero que uno sin los otros puede perder el sentido o sentirse como islas desiertas en medio de la nada.
¿Qué es de mi vida? Es díficil recomponerla y explicar qué pasa o mejor, cómo me siento. Es extraño como en uno de los momentos en los que "Profesionalmente" estoy siendo más valorada o más reconocida, en los que se me ha otorgado mucha responsabilidad y confianza; y sin embargo a nivel personal me siento más sola, más frustrada y más dolida. Paradojas del destino.
En ocasiones he pensado cosas horribles, en las que incluso me daba miedo a mi misma por sorprenderme pensando esas cosas. Luego tras la rabia, la incomprensión y los momentos de obcecación, y con la ayuda pertinente, las cosas toman otro matiz. Te levantas al día siguiente con el mismo pesar o malhumor, pero conforme va transcurriendo el día todo eso se diluye, como la acuarela en el agua, y aunque la tonalidad no se acaba de perder(siempre queda color), la intensidad es casi transparente."El carbón no cambia de color cuando se lava.Lo que no se puede curar ha de soportarse" Pues bien, ese es mi pensamiento esta semana.
Cuando junto todo lo que tengo, y lo miro desde lo alto, debería darme cuenta que el puzzle está casi completo. Lo malo es que cuando me fijo sólo en las piezas desde tan de cerca le encuentro todos los defectos y no encuentro la pieza que debe encajar para acabarlo. Necesito de vez en cuando que alguien venga y me levante la mirada, que me enseñe a ponerme en pie y buscar la pieza que falta; que me enseñe que el puzzle está casi completo y cuando lo miras en conjunto puede parecer casi una obra de arte.
Gracias a los que me levantáis la vista y me insistís en observar mi puzzle desde la distancia.
Un abrazo,
Patri
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