09 julio 2011

descalzarse

"Una mañana meditando un anuncio, me encontré con una expresión que resonó de
una manera muy especial en mi corazón: descalzarme para entrar en el otro.
Le pregunté al Señor que significaba esto, se me ocurrían palabras como respeto, delicadeza, cuidado, prudencia... Y descubrí cómo habitualmente entro en el interior de cada uno sin descalzarme, simplemente, entro: sin fijarme en el modo, entro.Experimenté una fuerte necesidad de pedir perdón al Señor y a mis hermanos.Sentí que el Señor me invitaba a descalzarme y luego a caminar.Inmediatamente experimenté una resistencia: "no quería ensuciarme". Me resultaba más seguro andar calzado en los otros: la comodidad y el temor.Necesitaba mirar a cada paso lo que pisaba, estar atento al lugar donde iba a poner el pie. Me di cuenta de cuantas cosas del interior de mis hermanos se me pasaban por alto, las desconozco, no las tengo en cuenta por entrar calzado, con la mirada puesta en mí o en múltiples cosas. Pude ver también cómo, descalzo, caminaba más lentamente, no usaba mi ritmo habitual, sino tratando de pisar suavemente.Donde mis zapatillas habían dejado marcas, mi pie no las dejaba. Pensé entonces cuantas marcas habré dejado en el corazón de mis hermanos a lo largo del camino y experimenté un gran deseo de entrar en lo otros sin dejar un cartel que diga: "aquí estuve yo".Advertí que no todos los terrenos son iguales, y no todos los hermanos son iguales. Por tanto, no puedo entrar en todos de la misma manera.Esta subida me exigía aún más lentitud, y cuanto más suavemente pisaba, el dolor de mis pies era menor.Esto me decía: "cuanto más difícil sea el terreno del interior de mi hermano, más suavidad y más cuidado debo tener para entrar". ... atento a la necesidad de mi hermano, sin esperar una respuesta determinada, es entrar sin intereses, despojando mi alma... Descalzarme y entrar en cada uno como en un lugar sagrado.
Cuento, para ello, Señor, con tu Gracia."

Perdón.
Cuántas veces he entrado avasallando. Cuántas veces miro mis propios pasos, miro nada más que el próximo metro. No me doy cuenta del camino recorrido, ni alzo la mirada. Perdón por las veces que me quedo maravillada por mis propias huellas sin pensar en cómo afecta a quien me rodea.


GRACIAS.
Ayúdame a descalzarme, para vencer mis comodidades, y poder sentir el frescor de la hierba al pisar o la dureza de las rocas.Porque ningún camino fácil me llevará a algo que merezca la pena. Gracias por darme fuerzas, para vencer el temor inicial y poder entrar en los demás con la ternura, el cuidado que requiere un corazón. Gracias por acercarme a mi camino tantos corazones con los que poder compartir y caminar en la vida.

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