Este fin de semana, he tenido tiempo para hacer un poco de todo: estudiar, leer, ir al cine, escuchar palabras interesantes, pasear, hacer silencio...
Y cuando está a punto de acabar, ya lo echo de menos (imagino que miro la semana, y veo que llegan fines de semana de actividad sin pausa).
Me doy cuenta de cómo ha cambiado mi día a día. Y mi vida en general.
Me he dado cuenta que he cambiado, he crecido, he madurado. Tal vez me he alejado de ideas que antes llevaba a cuestas. No es que las haya cambiado, simplemente he hecho limpieza de todo aquello que simplemente arrastraba por la vida. De empezar a pensar y a ser consecuente con mis ideas, mis criterios.
Me he dado cuenta que se han ido alejando del camino cosas, personas, que antes lo llenaban todo. No he cerrado esas puertas, todo lo contrario, están abiertas de par en par para que entren siempre que quieran en mi vida. Pero ya no corro tras de nadie. Yo soy importante y mi vida y mi corazón son tan importantes...Al menos para mi lo son, y como tal los trato y los cuido.
Me doy cuenta de que la incertidumbre será una compañera de camino por mucho tiempo, y que aunque no me caiga demasiado bien, debo aceptarla y aprender a convivir y a avanzar con ella a mi lado.
No sé qué va a ser mi vida. No tengo ni idea, pero tengo la firme convicción que debo seguir caminando con confianza. Que al final encontraré mi sitio. Hay momentos duros y de oscuridad, pero...al final encontraré mi sitio.
Ahora empiezo una nueva etapa, de nuevo sacrificando una parte de mi presente, por un futuro mejor y completo.Surgirán minutos de soledad, de oscuridad, pero espero afrontarlos con la confianza plena y con la tranquilidad de saberme completa y de conocerme para no abandonar y levantarme cuando caiga.
Llega la Pascua, espero que transforme mi realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario