21 mayo 2011

tic, tac..

Tic, tac, tic, tac...
El reloj no para. No se detiene para nadie, por muy importantes que seamos o nos sintamos. Hay ocasiones que sientes que tienes derecho a parar el mundo, que todo el mundo gire alrededor... Pero de repente llega un instante en el que la lucidez se apodera, y algo cambia esa sensación. Un momento en el que pasas de ser el mundo a darte cuenta que no eres más que una pieza diminuta en este inmenso puzzle que es la vida. Esperas una situación, y han cambiado miles mientras tú estabas plantada simplemente esperando.

Tic, tac, tic, tac...

Se me hiela el alma al pensar que no he sido capaz de ver más allá, o que podía haberme dado más a los demás, en vez de disfrutar de mi misma. Pero por otro lado, pienso que no hago nada malo queriéndome y disfrutando cada paso de este camino.
Es complicado vivir, saber en qué punto debo pararme, en que punto debo seguir...

He leído esto, que es algo que me gustaría compartir:

"Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que sí puedo cambiar y la sabiduría para diferenciarlas."

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