16 octubre 2011

15 de octubre de 2011

Ayer pasará a mi historia personal como un día que recordar por estar lleno de momentos de los que hacen que la vida merezca la pena. Momentos en los que te das cuenta de la gente que tienes a tu alrededor y que hacen que seas importante.

Ayer, en primer lugar tuve la inmensa suerte de poder compartir el bautizo de una niñita preciosa: Sara. Gracias a sus papás que me invitaron a compartir un momento tan importante. Estoy segura que la pequeñaja crecerá y será un ejemplo para muchos como lo son sus papis Sergio y Marta.

Después...confirmaciones en mi parroquia. Siempre es un momento alegre las confirmaciones, porque quiere decir que, a pesar de todo, hay jóvenes que quieren y aceptan el seguir el reto de ser cristianos hoy en día. Pero además lo viví como madrina de Gemma. Me sorprendió que me eligiera a mi, entre tanta gente que tenía, para ser su madrina, y por eso aún es más especial y mayor mi responsabilidad. Espero poder cumplir las expectativas y estar a su lado de la manera que quiera.

Y por último (y no menos importante), el cumple sorpresa de una GRAN PERSONA (y lo de escribirlo con mayúsculas tiene toda la intención). No era un día sencillo, pero no podía faltar cuando de corazón te invitan a participar de algo así. Me siento feliz de haber aportado mi pequeño granito de arena.

Al final del día, volvía a mi casa agotada, pero inmensamente feliz. Dando gracias porque precisamente estos momentos han venido propiciados por el Espíritu. Dos celebraciones en la iglesia, y la última nos une precisamente eso mismo. Solo daros las gracias mías y de mi corazón porque aunque para vosotros sin duda este día pasará al calendario importante en vuestras vidas, al mío también. Os quiero.


1 comentario:

Gemma dijo...

Me alegro de que fuera tan especial para ti como para mi. Ya te digo yo que las expectativas las cumples y las cumplirás con creces.

¡MUA!