21 noviembre 2007

sin palabras...

A veces, en ocasiones, la mente se que da en blanco. Y aunque quisieras saber decir lo que pasa por dentro, ella se empeña en no articular palabra, no encontrar el significado exacto.

Y es entonces cuando tiene que surgir el otro lenguaje. Aquel que no entiende de palabras,sino más bien de sentimientos. Y aunque es el más directo, en ocasiones es el más complejo, porque requiere la verdad y la sencillez de los sentimientos, la desnudez del alma; y eso cuesta.

Hoy es uno de esos días, en los que mi corazón tiene mucho que decir, y mi mente se queda en blanco. Hoy me gustaría poder transmitirte muchas cosas, que a veces se olvidan. Cosas simples y directas, de esas que deben estar ahí pero que en ocasiones cogen polvo en el corazón y se olvidan que existían. Cosas sencillas y pequeñas, pero que llenan el alma de grandes sentimientos.

Aquí estoy, tú que me conoces bien, sabes que en ocasiones no puedo hablar. Esta vez tampoco te puedo devolver una mirada, ni siquiera una sonrisa. Y como esta vez no encuentro esa lucecita que encienda mi inspiración, la busco en ti. Tú que me entiendes, me comprendes y me conoces. Sólo te digo que lo que soy, todo(lo bueno y lo malo que hay en mi), están cerca tuyo. Que recuerdes que si cierras los ojos, verás un rayito de luz, que no es mucho, pero es mi pequeña chispa de vida que brilla y va siempre contigo, vayas donde vayas, hagas lo que hagas. Y que sólo puedo recordarte la esencia y el comienzo de esta historia, y es la amistad que nos une, y nos mantiene unidos a través del tiempo y el espacio.

Si me necesitas, siempre estaré a tu lado. Estoy orgullosa de tí.

No hay comentarios: